martes, 11 de noviembre de 2008

EL ERE. CAUSAS Y CONSECUENCIAS

NISSAN CONFIRMA QUE LA PRÓXIMA SEMANA PRESENTARÁ EL ERE QUE AFECTA A 1680 EMPLEOS

La dirección de Nissan confirmó ayer que la próxima semana presentará ante el Departamento de Trabajo de la Generalitat un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a 1.680 trabajadores de las plantas de Zona Franca y Montcada i Reixac (Barcelona).
La consejera de Trabajo, Mar Serna, convocó ayer a los representantes de la compañía y de los trabajadores para conocer cómo están las negociaciones entre ambas partes. Los sindicatos han pedido a Nissan que no presente el ERE y que abra un proceso de negociación para buscar «alternativas» a los despidos.

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El ejemplo de Nissan es una más entre las decenas de ERE (Expedientes de Regulación de Empleo) que se han estado presentado estos meses. El resultado de éste en concreto va a ser 1680 parados más. Vamos a intentar analizar las causas y consecuencias de esta medida, tan extendida en el contexto actual.

La causa es evidente: la crisis. Sabiendo que las familias, según el modelo Renta-Gasto, son las que ofrecen los factores de producción (tierra, trabajo y capital), y las que demandan bienes y servicios de las empresas, vamos a observar un caso concreto. Pongamos el ejemplo de una familia común en España. Tienen una hipoteca cuyas cuotas mensuales suben cada vez más debido a las subidas del tipo de interés. Sus ingresos siguen siendo los mismos, pues los puestos de trabajo de los padres están defendidos por sindicatos que presionan para que los salarios no bajen. Pero observan que ya no pueden comprar lo mismo con el mismo sueldo, los precios suben y su capacidad adquisitiva baja. Si a esto le sumamos el aumento de su hipoteca, la familia se encuentra en un verdadero problema. La solución; recortar gastos: Comprarán marcas blancas, venderán su segundo coche, dejarán de concederse fines de semana enteros en grandes superficies comerciales… De esta manera, aunque su salario real haya bajado, sus gastos también bajan. La situación se sostiene.
Ahora vamos a cambiar a la perspectiva de las empresas: Sus ventas bajan. Sus ingresos son menores, y sus gastos son los mismos. Solución: recortar gastos. En los costes de producción, recortar gastos es muy difícil. Si bajamos la producción, para que la oferta se equipare a la demanda actual sobrarán trabajadores. Una medida podría ser bajar los salarios nominales para que la plantilla se mantuviera. Pero en la actualidad esta medida es poco común. La solución: despedir trabajadores. Aquí encontramos el ERE de Nissan.

Analicemos las consecuencias de esta situación. Desde el punto de vista de la familia, el problema se multiplica: despiden al padre. Es cierto que recibirá unos ingresos estatales, pero sólo temporalmente. Además, el aumento del desempleo dificulta encontrar un nuevo trabajo. El resultado es que la familia no podrá pagar la hipoteca.
Las empresas gracias al ERE, mantendrán sus costes a raya. Además, paralizarán sus inversiones. Si el tipo de interés es alto, no les convendrá invertir en activos de riesgo, obteniendo ya alta rentabilidad en inversiones seguras. Además, su producción bajará, lo que repercutirá en el PIB del país. Generará menos dividendos para sus accionistas, luego éstos tampoco lo reinvertirán. El sistema financiero se paraliza.
Si echamos un vistazo a éste, también observaremos que aumenta la morosidad (recordemos el caso del padre de la familia que no puede afrontar la hipoteca), muchas empresas no podrán con la bajada de la demanda y entrarán en quiebra, lo que también perjudicará a los bancos. Probablemente, si la familia tuviera algo ahorrado en un pequeño fondo de inversión, lo sacará para afrontar sus deudas, lo que afectará a la liquidez de la entidad. Los bancos que hayan concedido créditos de alto riesgo, se enfrentarán a que sus clientes no puedan pagarlos. Una ola de desconfianza recorrerá el país, llena de rumores y de especulaciones sobre el estado de las cajas de ahorros y los bancos.

En este análisis falta un jugador clave en el partido: el Estado. Hemos dicho que el padre recibirá un seguro del Estado. Pero no será el único, simplemente en nuestra noticia ya son 1680 empleos. Eso sin contar la financiación o ayudas a las empresas que caen, que la mayoría son pymes, empresas con poca madurez y muy vulnerables a las situaciones de crisis. Si el Estado obtiene sus ingresos por medio de los impuestos, lo lógico es subirlos. No obstante, una subida de impuestos a las familias o a las empresas en la situación que viven sería apretar aún más la soga que rodea sus cuellos. El Estado incurre en déficit público. En este análisis tan simple no podemos determinar si es bueno o malo. Es bueno ahora, porque las familias y empresas están en una situación delicada. Es malo para el futuro, pues el déficit habrá que pagarlo. A esto se le une el recorte de gasto estatal. Los proyectos de mejora en las infraestructuras, de ampliación de parques o construcción de nuevos hospitales o colegios se paralizarán. No se crearán tantos empleos como antes, los salarios de los funcionarios se congelarán y se crearán menos plazas públicas de empleo. El PIB bajará y entraremos en estado de recesión.

Como es evidente, esta situación no se mantendrá. Pronto, con la caída de la demanda, caerán los precios. Las familias mejorarán su poder adquisitivo, aumentarán las compras, y con ello los ingresos de las empresas. El Estado inyecta dinero en el sistema financiero y así aumenta la confianza, la estabilidad y la felicidad (aunque el padre de la familia sigue sin encontrar trabajo) se elevan las fusiones de cajas de ahorros y de empresas que las harán más productivas y competitivas. Se subvenciona la VPO y el alquiler…
Sin embargo, hay que esperar a la cumbre de Washington, donde con la reforma del capitalismo, quizá nos den otras soluciones a esta situación, que según los manuales sobre economía volverá a producirse porque es que “la economía es cíclica”
Si trasladamos esta situación a la visión capitalista, nuestro razonamiento cambia: Según ésta, estamos en un mercado de competencia perfecta en el que todos los factores de producción se emplean lo más eficazmente, incluído el factor trabajo. No se entiende por qué se llega a una situación tal que es necesario desprenderse de un gran porcentaje de éste, no para mejorar la productividad; sino para rebajar los costes. De ello se culpa a la intervención estatal.
Esto es así debido al marco legal en el que se encuentre esa economía. Si se regula y proteje el empleo, se impulsan los contratos fijos y se restringen los temporales. Se encarece el despido y de esta forma, las empresas contratan poco. Además si el Estado cuenta con seguros de desempleo, se favorece la falta de interés por buscar trabajo. En este contexto podría situarse España: Se impulsa el consumo, pero se desincentiva la inversión.
Sin embargo, si el marco legal en el que se encuentra el mercado del trabajo no pone restricciones a la contratación temporal, abarata el despido y no ofrece seguros de desempleo, las rigideces que pudiera tener se eliminan y se convierte en un mercado muy fluido. Aquí podríamos situar a USA. No obstante, a pesar de mejorar en eficacia, se pierde en equidad. Las repercusione sociales serán notorias, pues el desempleo genera pobreza y a menudo, fomenta la delincuencia. Y lo más importante; en una crisis como la actual, los resultados serán inmediatos.
En Europa, gracias a las restrincciones en el mercado laboral y a los seguros de desempleo, estas consecuencias de la crisis se suavizan.

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