http://www.eleconomista.es/economia/noticias/968931/01/09/China-revisa-al-alza-su-PIB-de-2007-y-arrebata-a-Alemania-el-tercer-puesto-de-la-economia-mundial.html
COMENTARIO
La noticia saltaba a la prensa el día 15 de enero de 2009. El volumen del PIB de China ascendió hasta los 3,38 billones de dólares, frente a los 3,32 billones de dólares (2,42 billones de euros) registrados por Alemania.
El PIB del gigante asiático superó a las economías de Francia y Reino Unido en 2005, y se sitúa ya sólo por detrás de EEUU y Japón. Según los analistas, a niveles de crecimiento similares, China necesitará dos décadas para sustituir a EEUU como la mayor economía del planeta.
Las previsiones de los especialistas calculan que China superará a Japón (con un PIB de 4,4 billones de dólares) en tres o cuatro años.
Es cierto que el PIB per cápita alemán en el año 2007 fue 14 veces superior al Chino y que se calcula que un centenar de países disfrutan de un PIB per cápita superior al de China. Esto nos dice que el gigante asiático, con 1.330.044.605 de habitantes, produce casi lo mismo que Alemania, con 82.369.548 habitantes. El Producto Interior Bruto de una nación mide la cantidad de bienes y servicios producidos en el interior de un país durante un año. Como el valor de una producción depende de dos variables: precio y producción, y la producción depende de la mano de obra o de la tecnología; a más mano de obra, mayor producción tendrá un país Si comparamos los PIB de ambos territorios 3,5 billones de dólares en China con respecto a 3,32 billones de dólares en Alemania; se deduce que, o la economía alemana es más productiva, porque con menos mano de obra produce lo mismo que China; o que los productos que fabrica China necesitan más mano de obra que los que produce Alemania. La realidad es que la economía china está basada en productos manufactureros que necesitan más mano de obra que la tecnología avanzada en la cual está Alemania especializada.
Pero volviendo al PIB per cápita, este indicador del poder adquisitivo medio de un ciudadano de un país determinado no muestra el estado real de la economía de ese país. Aunque en China sea bajo, los precios en China también son muy bajos. La Paridad del Poder de Compra es muy grande en China.
Hay que preguntarse las causas de este despegue acelerado chino.
En primer lugar su gran cantidad de población que, a efectos de oferta y demanda, supone una gran demanda de trabajo interno (a más demanda, menores precios) que se traduce en salarios muy bajos. Salarios bajos que resultan muy competitivos en el mercado exterior, si se comparan con los de países europeos.
En segundo lugar una economía enfocada a la exportación, con comercios minoristas repartidos en el mercado exterior, que venden productos a muy bajo coste directamente a la población de otros países asegurándose que los intermediarios de negociación, los dependientes y los productos también son de esta nacionalidad.
En tercer lugar, la facilidad legal que permite la puesta en marcha en este país de plantas industriales de empresas extranjeras que buscan disminuir sus costes, que contribuyen a crear más puestos de trabajo en China y a deslocalizar plantas productivas en países europeos.
También hay que cuestionar las claves del declive europeo ante las economías emergentes:
En primer lugar, por la desventaja que supone tener menos población y menos mano de obra.
En segundo lugar, por la rigidez de los mercados laborales en Europa no permite una competitividad real con China. Los ciudadanos europeos hemos llegado a un cierto grado de bienestar en el que se exigen sueldos acordes con el nivel de vida y son muy inflexibles a la baja.
Esto no debería ser un problema si cada país se especializara en lo que mejor sabe hacer; China, debido al retraso de su industrialización, está viviendo una etapa de desarrollo industrial que Europa ya vivió y por lo tanto, que Europa ya superó. Se especializará en mercancías manufacturadas, que necesiten una mano de obra poco cualificada: industria textil, por ejemplo.
Europa tiene que tender a la innovación tecnológica, ya que posee una gran cantera de trabajadores altamente cualificados y una ventaja competitiva en cuanto al desarrollo tecnológico adoptado.
El gran problema que se generaría en unos años en Europa es si China se especializara en este tipo de tecnología como ya han hecho otros países asiáticos. Entonces Europa perdería la mayoría de sus ventajas competitivas.
La realidad es que este fenómeno es bastante probable.Hoy la prensa titulaba el "primer Airbus fabricado en China" e informaba de que prepara otros doce aviones más que llevarán piezas de elaboración propia, incluyendo alas y fuselaje. En el caso concreto de España esta pérdida de competitividad, es inminente. La rigidez del mercado laboral en España es evidente. Los logros sociales obtenidos con el seguro de desempleo, los salarios mínimos interprofesionales las restricciones al despido, la Seguridad Social universal… generan una situación de seguridad al ciudadano y evidencian el nivel de vida en nuestro país. Sin embargo, con la llegada de estas potencias se cuestiona el sostenimiento de este mercado laboral.
Al subir los salarios sin que se produzca un aumento en la productividad, se crea inflación. Esto perjudica gravemente a nuestros productos, no sólo porque dejen de ser competitivos en el exterior; sino porque la población española opta por comprar productos asiáticos mucho más baratos. Esto también perjudica al turismo, una de nuestras principales actividades productivas.
No obstante, en el sistema en el que estamos inmersos, ante la crisis, se opta por las políticas de demanda, aumentando el gasto público que favorece el consumo ya que está demostrado que esto mejorará las expectativas, potenciará la inversión y, con ello, el empleo. Pero nadie le asegura al gobierno que este aumento del consumo (vía la dotación de 400€, vía cheque-bebe, por ejemplo) vaya a traducirse en consumo interior: La mayoría de las veces un gran porcentaje de este dinero irá a para al consumo de productos asiáticos lo que será contraproducente.
Por ello, la solución no está en políticas de demanda, sino en políticas que potencien la oferta. La clave del crecimiento en la inversión, el gasto en I+D+I, la producción nacional. Esto repercutirá del mismo modo e inevitablemente en el aumento del empleo y con ello, en el aumento del consumo. Tampoco podremos asegurar un consumo de productos occidentales, pero la inversión previa nos asegurará una mayor competitividad ante estos países.
España debe aprovechar sus potenciales y fomentar sus industrias y empresas de servicios más desarrolladas. El acuerdo que se firmó el 31 de enero por el que se determinaba que el intercambio comercial entre España y China llegará a 40.000 millones en 2011, es una buena noticia. En éste, se firmaron doce acuerdos empresariales por valor de 270 millones de euros que afectan a empresas españolas de sectores como las telecomunicaciones, la energía o la aviación. Actualmente 600 empresas españolas operan en China y la inversión española en el país asiático alcanzó los 610,4 millones de euros en 2007.
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