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Si en la entrada anterior advertíamos sobre las causas y consecuencias de la deflación, he aquí nuestra evidencia empírica: El miércoles 10 de diciembre saltaba la noticia en El economista: MONEY FOR NOTHING!, El Tesoro de EEUU subasta letras al 0%
Lo más destacable de la noticia era que colocó 32000 millones de dólares a un mes ofreciendo una rentabilidad nula. De esto se sacan dos conclusiones:
Los inversores no tratan de lograr una apreciación de su capital, sino de preservarlo hasta final de año. En USA se han llegado a unos límites de aversión al riesgo tales, que se prefieren estas opciones: seguras pero nada rentables. Esto es así porque, como ya comentamos en la entrada pasada, la deflación está a la vuelta de la esquina. Si el nivel de precios cae, mi dinero de hoy valdrá más mañana, porque podré comprar mañana más cosas con el mismo dinero. Por ello no hace falta pedir una rentabilidad que supere a los niveles de inflación, pues ésta es nula. Esto deriva en tipos de interés de 0% e, incluso, en las subasta de letras a tres meses, por debajo de 0. Esto crea problemas. Con rentabilidades tan bajas, el dinero que ya tengo se prefiere como activo pues genera más rentabilidad por sí mismo, y se desincentiva la inversión. Además, como poco puedo hacer con él, se deja de demandar y el mayor peligro de un sistema económico como el actual es el freno de transacciones. A pesar de que una de las intenciones de la FED es fomentar el consumo y la liquidez mediante el abaratamiento del crédito.
La segunda es la repercusión de este hecho a la bolsa. En teoría, esta bajada brutal de tipos de interés por parte de la Reserva Federal debería beneficiarla y aumentar las inversiones en el parqué. Pero la realidad es que si existe tal demanda de activos seguros, hasta el punto de no pedir rentabilidad por ellos, el índice de confianza en el mercado bursátil está por los suelos. Además, EEUU ya ha jugado su baza de bajar los tipos antes de la llegada real de deflación, por lo que se queda sin munición en tipos de interés para combatir problemas de un futuro. Sin embargo, los efectos positivos de una bajada del precio del dinero así se percibe en el parqué a largo plazo.
Es cierto que Bernanke ha tratado de actuar rápido y con contundencia. Uno de los fallos con los que se acusa al gobierno japonés en la crisis de 1991 fue una política monetaria laxa antes del colapso y demasiado comedida después.
El comisario de economía de la UE, Joaquín Almunia, subrayó que el nivel de los tipos en EEUU quiere decir que el país tiene una recesión de la que se sale con mucha dificultad, porque crea lo que Keyness llamó la trampa de liquidez", y matizó que "aunque las empresas y los consumidores tengan dinero, no consumen y no invierten porque prefieren ahorrar y paralizan así la economía". La trampa de liquidez es un fenómeno que se produce, según los teóricos keynesianos, cuando el tipo de interés es muy bajo y la curva de demanda de dinero se hace muy elástica, casi horizontal. En esa zona, sucesivos desplazamientos hacia la derecha de la oferta monetaria no provocan sensibles variaciones en los tipos de interés.
Las políticas estadounidenses para evitar la deflación no se detienen ahí. Presenciamos una expansión del balance de la Fed (que no es otra cosa que darle a la máquina de imprimir billetes). A ello se une el incremento de deuda pública por parte del Tesoro de EEUU para financiar planes de rescate y de estímulos fiscales. Estas medidas afectan gravemente a un participante activo: el dólar. Los flujos de capitales se mueven en función del riesgo: cuanto más riesgo percibe el mercado, los inversores estadounidenses venden los activos en el extranjero (alcista para el dólar). Cuanto menos riesgo percibe el mercado, se produce el efecto inverso (bajista para el dólar). Habrá que analizar de cerca la evolución de esta moneda para ver si resiste a Tipos al cero y la Fed imprimiendo papel
Si en la entrada anterior advertíamos sobre las causas y consecuencias de la deflación, he aquí nuestra evidencia empírica: El miércoles 10 de diciembre saltaba la noticia en El economista: MONEY FOR NOTHING!, El Tesoro de EEUU subasta letras al 0%
Lo más destacable de la noticia era que colocó 32000 millones de dólares a un mes ofreciendo una rentabilidad nula. De esto se sacan dos conclusiones:
Los inversores no tratan de lograr una apreciación de su capital, sino de preservarlo hasta final de año. En USA se han llegado a unos límites de aversión al riesgo tales, que se prefieren estas opciones: seguras pero nada rentables. Esto es así porque, como ya comentamos en la entrada pasada, la deflación está a la vuelta de la esquina. Si el nivel de precios cae, mi dinero de hoy valdrá más mañana, porque podré comprar mañana más cosas con el mismo dinero. Por ello no hace falta pedir una rentabilidad que supere a los niveles de inflación, pues ésta es nula. Esto deriva en tipos de interés de 0% e, incluso, en las subasta de letras a tres meses, por debajo de 0. Esto crea problemas. Con rentabilidades tan bajas, el dinero que ya tengo se prefiere como activo pues genera más rentabilidad por sí mismo, y se desincentiva la inversión. Además, como poco puedo hacer con él, se deja de demandar y el mayor peligro de un sistema económico como el actual es el freno de transacciones. A pesar de que una de las intenciones de la FED es fomentar el consumo y la liquidez mediante el abaratamiento del crédito.
La segunda es la repercusión de este hecho a la bolsa. En teoría, esta bajada brutal de tipos de interés por parte de la Reserva Federal debería beneficiarla y aumentar las inversiones en el parqué. Pero la realidad es que si existe tal demanda de activos seguros, hasta el punto de no pedir rentabilidad por ellos, el índice de confianza en el mercado bursátil está por los suelos. Además, EEUU ya ha jugado su baza de bajar los tipos antes de la llegada real de deflación, por lo que se queda sin munición en tipos de interés para combatir problemas de un futuro. Sin embargo, los efectos positivos de una bajada del precio del dinero así se percibe en el parqué a largo plazo.
Es cierto que Bernanke ha tratado de actuar rápido y con contundencia. Uno de los fallos con los que se acusa al gobierno japonés en la crisis de 1991 fue una política monetaria laxa antes del colapso y demasiado comedida después.
El comisario de economía de la UE, Joaquín Almunia, subrayó que el nivel de los tipos en EEUU quiere decir que el país tiene una recesión de la que se sale con mucha dificultad, porque crea lo que Keyness llamó la trampa de liquidez", y matizó que "aunque las empresas y los consumidores tengan dinero, no consumen y no invierten porque prefieren ahorrar y paralizan así la economía". La trampa de liquidez es un fenómeno que se produce, según los teóricos keynesianos, cuando el tipo de interés es muy bajo y la curva de demanda de dinero se hace muy elástica, casi horizontal. En esa zona, sucesivos desplazamientos hacia la derecha de la oferta monetaria no provocan sensibles variaciones en los tipos de interés.
Las políticas estadounidenses para evitar la deflación no se detienen ahí. Presenciamos una expansión del balance de la Fed (que no es otra cosa que darle a la máquina de imprimir billetes). A ello se une el incremento de deuda pública por parte del Tesoro de EEUU para financiar planes de rescate y de estímulos fiscales. Estas medidas afectan gravemente a un participante activo: el dólar. Los flujos de capitales se mueven en función del riesgo: cuanto más riesgo percibe el mercado, los inversores estadounidenses venden los activos en el extranjero (alcista para el dólar). Cuanto menos riesgo percibe el mercado, se produce el efecto inverso (bajista para el dólar). Habrá que analizar de cerca la evolución de esta moneda para ver si resiste a Tipos al cero y la Fed imprimiendo papel
Carmen no he entendido una cosa. La gente que tiene inversiones a un interés del 0% para al menos preservar su dinero.... ¿Por qué no lo guarda entonces debajo del colchón?
ResponderEliminarMaría Osa